martes, 17 de julio de 2012

Leda Valladares (1919-2012)


Este canto metafísico del desamparo original, cantado con los huesos y el pellejo, exige un tímpano religioso”.


Hace poco se fue Leda Valladares de este mundo, sus últimos años fueron de reclusión y soledad, sin posibilidad alguna de seguir registrando aquello que tanto la apasionó.
Solía decir que le impresionaba esa suerte de canto de precipicio que era la baguala “despeñaderos del canto que son tremendamente dolorosos y abismales, se encuentra en todas las culturas ancestrales, eso está registrado”,de no haber sido por su labor, muchas expresiones autóctonas del noroeste argentino se hubieran perdido para siempre, algunas imágenes la muestran sentada en una piedra, con un grabador en mano, al lado de copleros anónimos que no podían dejar de asombrarla, fascinada por el embrujo de aquellos cantos venidos del fondo del tiempo. Fue consciente que si no intervenía como investigadora muchas expresiones musicales se terminarían olvidando. Infatigable, recorrió buena parte del territorio argentino buscando recuperar voces, leyendas, cantos, memorias…


Una vez dijo que descubrió la música del noroeste mientras estaba durmiendo en Cafayate, Salta, aquella noche de carnaval tres mujeres la desvelaron con sus bagualas, desde entonces se prometió recuperar aquel misterio que llevaba siglos ejecutado anónimamente entre callejones, ranchos, valles, quebradas o corrales, formando un invisible mapa musical que se iba perdiendo.
La caja fue su compañera inseparable y con ella anduvo, representando y recuperando un patrimonio, como si al cantar y tocar Leda fuera viento, piedra, cerro, cascada, todo eso que era su entorno y su contexto.
La pérdida es enorme, tanto como la obra que dejó, es deseo de quienes trabajamos en comunidades que lo registrado por esta autora nunca se pierda, que siempre se estudie su trabajo, que nunca se la olvide.

Nota: la imagen pertenece a este sitio.

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