sábado, 26 de febrero de 2011

Biblioteca indígena Sisa Jan Inakt'tiri (Flor inquieta)


La Biblioteca Indígena Sisa Jan Inakt'tiri” (en quechua "flor inquieta"), forma parte de un emprendimiento comunitario que incluye el aporte de una radio comunitaria asociada con el espacio de la biblioteca. El emprendimiento de la Radio Libertad 104.1 Humahuaca, en la localidad de Cerro Negro, provincia de Jujuy, bien al norte de la Argentina, significó un primer paso en el camino de la revalorización étnica de la cultura colla, desde abril de 2010, el espíritu de aquella idea tomo cuerpo con la creación de “Flor inquieta”. 

La biblioteca, que brinda servicios en un horario inusual (19 a 24 hs), nació a partir de un grupo de jóvenes originarios de la cultura kolla de la localidad de Humahuaca, quienes percibieron, dentro de la comunidad, la necesidad de poder acceder y consultar material indígena, como relatos históricos, mitos y literatura entre otros. Flor inquieta cuenta con una colección de vídeos relacionados con la lucha indígena, una colección en DVD sobre minería (que a su vez ha generado debates sobre los conflictos de extracciones a cielo abierto), y también un archivo fotográfico y sonoro con temas de la quebrada y puna. Además posee acceso gratuito a Internet para los socios. La biblioteca no posee por el momento publicaciones periódicas ni archivos orales.
Resulta interesante, en este caso comprobado por los propios responsables del proyecto, el enorme valor de la radio indígena comunitaria para propiciar un espacio genuino de discusión tomando como eje el folclore tradicional andino y las expresiones artísticas collas, asimismo el espacio radial ha sido un disparador de frecuentes debates sobre problemáticas de la comunidad, generando en varios casos la necesidad de trasladar a la biblioteca la búsqueda de material bibliográfico que sustente la veracidad de los tópicos planteados.

Un dato particular de la colección son los libros de los principales pensadores e investigadores del pueblo y la cultura, entre ellos verdaderas leyendas como el poeta puneño Domingo Zerpa, el poeta y músico Germán Churqui Choquevilka, el legendario Sixto Zuleta Vázquez (maestro rural, escritor, periodista, profesor, restaurador de obras de arte, investigador, museólogo e inventor, cuya biblioteca personal ronda los 1000 ejemplares), y el escritor y músico Fortunato Ramos, quienes donaron parte de sus colecciones personales para que la memoria local se comparta entre los paisanos que frecuentan la biblioteca.

La biblioteca, y en especial la radio, resultan espacios vivos, de encuentros entre vecinos y escritores indígenas, de discusiones acaloradas, de participaciones sobre temas históricos y culturales, que lo hacen dinámico y a la vez representativo de la cultura popular andina. En muchas ocasiones se ha debatido el porqué de la televisión y la radio indígenas, en la necesidad de fortalecer el orgullo étnico y de apropiarse de nuevos recursos tecnológicos. En este punto la labor del escritor Sixto Zuleta Vazquez resulta un punto de inflexión, al crear (en un hecho realmente inédito en la historia de nuestro país) el primer y único canal de televisión indígena (Indio Canal Omaguaca) sitio que, a pesar de las clausuras y prohibiciones por parte de los gobernantes de turno, y merced al cumplimiento de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ha podido recuperar un lugar impensado en la comunicación de masas, al ofrecer a sus usuarios contenidos en lengua quechua en el denominado espacio “Indio Canal 12”. Lo mismo sucede con la radio, que bajo programación bilingüe provoca en la comunidad encendidos debates sobre el alcance cultural de las comunidades collas. Uno de esos programas se denomina “charlando de folclore” cuyo título es una excusa para reflexionar y debatir sobre costumbres y tradiciones orales del patrimonio cultural intangible del pueblo colla, todos los domingos de 10 a 13 hs. La emisora posee cuenta de facebook bajo el título de “Luna azul Humahuaca”.

Se trata de un espacio dinámico que acerca las voces originarias y las expresiones musicales folclóricas, permitiendo la discusión en lengua materna y bilingüe de los problemas reales de la gente, acercando el lenguaje común de la población, contribuyendo a la educación familiar y comunitaria. Una señal de carácter gratuito que suele ser captada por sectores humildes y cuya programación busca representar un modo de entender una cosmovisión y una cultura.

Indio Canal Omaguaca ha sufrido prohibiciones por parte del Estado, frecuentemente las trabas legales les impidieron difundir sus contenidos, según comenta su creador, Don Sixto Zuleta, es de vital importancia difundir las ideas en torno al libre acceso a la información de las comunidades originarias. Su lucha es bandera y símbolo de aquellos que sueñan con compartir, en la lengua madre, la historia y cosmovisión de los cultores de la pachamama.

Desde la Biblioteca Qomllalaqpi bogamos por una real democracia que incluya otras voces, para poder representar el verdadero carácter pluricultural y multiétnico de este país.

jueves, 3 de febrero de 2011

Sobre archivos orales y producción documental


Se pretende valorizar las acciones emprendidas hasta el momento en la Biblioteca Qomllalaqpi, intentando generar, desde el accionar bibliotecario, un vínculo que fortalezca el patrimonio cultural intangible de la comunidad.
Cabe reforzar la idea de producción documental con archivos orales, por el significado que han alcanzado estas prácticas con algunos paisanos de Derqui involucrados en el proceso de creación de documentos.
Un modo sencillo de desarrollar el concepto es facilitando un ejemplo concreto de producción documental que simbolice el alcance de estas palabras. Supongamos que el bibliotecario, en consenso con la comunidad, decide conformar la creación de un documento sobre el n’viqué (como ha ocurrido con el valioso testimonio de Mauricio Maidana), el violín tradicional de los Qom, instrumento que como se sabe está hecho con lata (según artesanos del Centro Comunitario Daviaxaiqui los hay también de algarrobo) y cuya única cuerda se realiza mediante el tensado del crin del caballo (de idéntico modo se utiliza para el arco del violín). Hay diferentes modos de construir este emblemático artefacto, se saben algunas técnicas como también se tiene conocimiento de leyendas en torno al simbolismo que tiene entre los qom su ejecución, y las leyendas varían según el área geográfica donde fue conocido el N’viqué. Por ejemplo Valentín Moreno (Daviaxaiqui) opina que los que verdaderamente saben tocar el violín logran imitar la voz de la persona que el músico está escuchando en ese momento, que la ejecución imita el tono y la pronunciación de quienes en ese momento están hablando. En otros casos se sabe que donde alguien ejecuta un n`viqué provocará un encuentro de la comunidad, cuando alguien quiere informar algo al grupo eligen tocar el violín y la gente simplemente acude al lugar de donde viene el sonido, que semeja en ocasiones un quejido o lamento.
Una vez decidido el tema que se va a trabajar, es necesario interpelar a los referentes comunitarios que poseen conocimientos sobre la cuestión (ancianos, músicos, artesanos) se decide invitarlos a la biblioteca para que expongan sus conocimientos.
Previamente se analiza con sumo cuidado la variedad de preguntas con el objeto de no dejar librado al azar ningún dato que pueda resultar de interés para el usuario interesado en consultar sobre este tema. Se recomienda tener una noción de aquello que se consulta como así también seguir una estructura de preguntas que tengan la virtud de generar un diálogo, lo más relajado posible, respetando los tiempos de cada persona que en ese momento intentarán explicar lo que recuerdan o conocen.
Tengamos en cuenta que en este caso cada miembro de la comunidad que haya tenido contacto con un n’viqué ilustrará del mejor modo posible lo que sabe, por ejemplo un artesano contará las diferentes técnicas para construir el violín, dónde buscar los materiales, o cómo se debería tensar la cuerda. Lo valioso en estos casos es que la información se generará “desde adentro”, a partir de conocimientos locales que raramente figuren en alguna enciclopedia.
Este modo de investigación endógena hace de la experiencia Qomllalaqpi un rasgo genuino de lo que se entiende por biblioteca indígena: Una casa de la memoria produciendo sus propios documentos. Por otra parte, no existen en Internet otros documentos orales sobre este grupo étnico que complemente información, lo cual resalta el valor del trabajo bibliotecario.

Siguiendo con el planteo, un anciano ofrecerá su testimonio recordando antiguos mitos y leyendas en torno a la ejecución del n’viqué, de dónde viene su nombre, que significan sus sonidos, que se recuerda de los primeros violines, quienes lo ejecutaron en la comunidad, quienes fueron los máximos exponentes del género, qué condiciones se requieren para ejecutar el artefacto, como así también recopilación de datos históricos y geográfico que su memoria permita conocer, o qué anécdotas recuerda en torno al tema planteado.
Un músico aportará conocimientos técnicos de aproximación al instrumento, comparará distintos tipos de artefactos, si existen diferencias en cuanto a la acústica, los diferentes modos de pulsar la cuerda, que grupos musicales utilizan el violín, si hay danzas características que se bailan al son del n´viqué, que canciones ancestrales recuerda, si existen diferencias en cuanto a las interpretaciones de antiguas melodías, si los jóvenes de la comunidad (algunos de ellos nacidos en Derqui) se encuentran interesados en aprender a tocarlo, o si existen composiciones contemporáneas o grabaciones.

Para este trabajo se considera que un estudio de radio dentro de una comunidad indígena es un lugar ideal no solo por lo que implica en sí mismo el espacio técnico (la calidad de sonido, el equipamiento y los recursos) sino por la sinergia que genera la emisora entre quienes precisamente valoran la palabra como vehículo de expresión de conocimiento. Es realmente necesario que el bibliotecario trabaje con los locutores radiales en forma asociativa, aprovechando las herramientas de un medio de comunicación que no requiere, en estos escenarios, la presencia de locutores profesionales. El bibliotecario como investigador y como periodista para favorecer la construcción de documentos genuinos que fortalecerá un patrimonio cultural en riesgo.

El paso siguiente, una vez grabados los relatos y en este caso seleccionado algunas canciones significativas, es la etapa de edición, donde será necesario respetar en lo posible la estructura de las entrevistas pactadas. Es interesante como criterio respetar un esquema de bloques temáticos, siguiendo con el ejemplo: breve introducción con los datos de las personas entrevistadas, a continuación testimonios en torno a la construcción del artefacto, leyendas en torno al instrumento, técnicas musicales, aportes interdisciplinarios (músicos, antropólogos e investigadores) y canciones.
Para este y otros casos, se puede intercalar, entre relato y relato, la grabación de alguna música representativa.
Posteriormente conviene realizar correcciones con los lingüistas, en especial con los términos en lengua materna utilizados durante la entrevista, y acaso un dato muy significativo: la gestualidad, aquí es preciso consignar entre corchetes los gestos o señas empleados por los entrevistados para reforzar el entendimiento de lo que se ha querido transmitir.

Una vez editado el material, se graba en un CD y se ingresa en la base de datos, catalogando, clasificando e indizando el mismo.
El CD (o libro parlante), generado desde la radio o desde la biblioteca, es posteriormente rotulado en el estante de la biblioteca, a fin de facilitar su disponibilidad para los miembros de la comunidad.
Si se contara con la estación de radio, sería deseable facilitar una copia de la entrevista a fin de ser reproducida por la emisora, de este modo se facilita que quienes participaron de la entrevista pueden volver a escuchar sus propios testimonios en familia, de lo contrario la biblioteca ofrece el CD para ser compartido en comunidad.

Es interesante destacar el criterio adoptado para los descriptores que permitirán, de manera unívoca y sin ambigüedades, recuperar el contenido del documento sonoro.
Se pretende que los términos empleados respeten el bilingüismo, por ende tendremos un trabajo de colaboración con los miembros de la comunidad que sean competentes con la lengua materna, para que tanto el usuario qom como el que no pertenece a la comunidad, puedan encontrar en el OPAC lo que desean, en ambas lenguas.
Resulta valioso en estos casos las notas de contenido en los documentos orales, con el objeto de facilitar al usuario una descripción exhaustiva de la grabación. Este criterio deberá estar incluido en los descriptores.

Entre los criterios adoptados figuran el consignar nombre y apellido de los referentes consultados, a la manera de descriptores que permitan identificar a la persona en caso que el usuario decida contactarse con motivo de aportar información al documento existente. En este caso el blog de la biblioteca ofrece un pequeño directorio de artesanos con sus teléfonos de contacto. No debemos olvidar que el conocimiento que se genera en forma oral permite en algunos casos la posibilidad de reedición, para poder sumar aportaciones según lo que cada persona recuerda o conoce, además de eventuales representaciones artísticas en torno al tema propuesto. Incluso los documentos pueden ingresarse como revisiones permitiendo un seguimiento de la construcción colectiva, agregando contenidos hasta alcanzar un punto de fijeza, idea de completitud posiblemente inabarcable en este tipo de tarea.
Asimismo es necesario destacar que esta clase de biblioteca genera su propio acervo, y el modo de construcción de un documento tiene similitud con lo que sucede con ciertas enciclopedias virtuales, donde son los usuarios quienes proponen un término y editan sus contenidos.

Siguiendo estos conceptos, la biblioteca Qomllalaqpi ha generado hasta el momento documentos de trabajo sobre testimonios de vida, chamanismo, plantas medicinales, etnomusicología (destacándose los aportes de Mauricio Maidana sobre el violín n’viqué), flora y fauna (en especial el simbolismo que adquiere en la cultura qom el algarrobo, en este caso con aportes de Roque López y Ana Medrano), nociones sobre lingüística, mitología, interpretación jurídica de leyes argentinas, educación intercultural bilingüe (una emotiva reflexión de Omar Camachi) y descripciones bilingües del cuerpo humano, lectura de textos e historia de la comunidad.

Una pequeña colección, que da buena cuenta de los padecimientos, conocimientos y vicisitudes de la comunidad, anclada en Derqui desde principios de 1994, a mil kilómetros de donde nacieron sus paisanos.